CAPÍTULO 1

¡NIÑOS/AS Y TUTORES/AS – PUEDE SER COMPLICADO !

No tiene sentido esconderse detrás de un dedo… ¡Aceptémoslo! Entrar en cualquier tipo de situación con los miembros de la familia puede acarrear problemas difíciles de evitar, sobre todo debido a la falta de límites en el vínculo familiar. Y es normal. Sin embargo, siempre existe el riesgo de que esta estrecha relación pueda poner en peligro todo el esfuerzo y, en algunos casos, sabotear literalmente el éxito de la ejecución de la actividad de ECA. Así pues, ¿cuáles son los retos más comunes y frecuentes que puede plantear esta relación afectiva?

Competencia malsana – Sí, existe un respeto mutuo y un profundo amor entre los miembros de la familia. Sí, nadie desea perjudicar a los demás, ni entran inicialmente en la actividad de las ECA con la voluntad de mandar e imponer su opinión. Pero ¿qué ocurre cuando los tutores/as se enfrentan al reto de cooperar con sus propios hijos/as (o con los hijos/as de otros) en un entorno en el que ambas partes son tratadas como iguales? ¿Son capaces de despojarse de su habitual figura autoritaria, bajar a su nivel, reconocer la diferencia de madurez física y mental y dar a sus hijos/as cierto margen para florecer y vivir la actividad sin eclipsarlos?

¡ENFRÉNTALO! – Siempre hay al menos una solución para cada problema. Y esta situación no es una excepción: ¡sólo hay que estar preparado de antemano! Una buena práctica para conseguir que los tutores/as pongan los pies en la tierra y les ayuden a superar su actitud extra competitiva frente a los niños/as es simplemente… ¡pedirles que cambien los papeles! Aprovecha esta oportunidad dentro de la actividad deportiva para que los niños/as se conviertan en líderes y los tutores/as en seguidores por una vez.

Presión extrema – es cierto que a veces los familiares tienden a presionar demasiado a sus hijos/as para que rindan bien, batan sus récords, ganen el partido, triunfen en todo. Por supuesto, esto es fruto del amor y de la firme voluntad de ver a sus hijos/as mejorar y prosperar. Pero ¿cómo funciona esto cuando toda la familia participa en la misma actividad de FFS? Y ¿hasta qué punto puede exagerar el tutor/a, dado que al implicar a adultos en este equipo mixto, el nivel de dificultad aumenta considerablemente? Pues bien, es precisamente ahora cuando el riesgo de echarlo todo a perder es realmente alto: que los tutores/as se decepcionen y que los niños/as pierdan el interés y se resquebraje su autoestima. Un momento. ¿Dónde ha quedado el lado positivo del SFF? 

¡ACÉPTALO! – La solución tampoco es tan difícil de imaginar en este caso. Asegúrese de establecer ciertos límites de antemano, de forma que quede claro para ambos grupos destinatarios que usted es la única figura con autoridad durante la actividad de las ECA, el formador, el entrenador/a, la única persona autorizada para establecer tareas, definir la dificultad de estas, pedir más o menos a los miembros de su equipo, aconsejarles o guiarles mientras actúan y dar instrucciones a todo el mundo. Establecer expectativas específicas de antemano, discutirlas con tu equipo y dejar claro que ganar no es el objetivo principal de las actividades de las FFS, es siempre un acto útil que aclara las cosas y ayuda a evitar situaciones incómodas.

Exclusión: una amenaza real – ¿Quién puede dudar de que la edad aporta una mayor madurez mental, mayores capacidades y más habilidades? Lógicamente nadie. Y esta sensación intuitiva puede ser bastante arriesgada si no se trata. Supongamos que hay una actividad SFF con múltiples tareas más pequeñas. Es de esperar que un adulto sea más rápido, más eficiente y, en general, más capaz de terminarla con éxito que un niño pequeño, que probablemente tendrá que esforzarse más, emplear más tiempo y tal vez realizar varias pruebas para conseguirlo. Pues bien, si situamos esto en un entorno competitivo como suelen ser los deportes, esto podría llevar a los adultos a hacerse cargo de la mayoría de las tareas de la actividad SFF, en un esfuerzo por ganar finalmente el juego. ¿Y el resultado? Los niños/as pueden quedar excluidos de la actividad por ser los miembros más débiles del equipo mixto, y la burbuja del SFF se rompe en pedazos. 

¡HÁGALO! – Una cosa es de suma importancia aquí: tenga siempre presente que tiene que tratar con dos grupos destinatarios completamente diferentes al mismo tiempo. Esto no le permite desarrollar actividades de un mismo nivel de dificultad para ambos grupos, sino actividades que se ajusten a las necesidades, capacidades y madurez de cada grupo de edad por separado. En otras palabras, asegúrese de que algunas tareas sean más ligeras y otras más exigentes, para que ambos grupos destinatarios tengan la oportunidad de disfrutar de la actividad y experimentar sus beneficios por igual.

Tensión familiar – ¿Recuerdas que siempre se dice que es injusto trasladar el estrés laboral a la vida personal? Pues bien, en nuestro caso, podría darse exactamente el fenómeno contrario. Supongamos que hay tensión entre los miembros de la familia a causa de una discusión en casa. Y cuando llegan a la actividad del SFF, la tensión sigue ahí: frustración, enfado, algunas lágrimas y mal humor. ¿Cómo puedes ayudar a los miembros de tu equipo a superar esta situación y sentirse capaces de disfrutar de su momento de SFF?

¡ACÉPTALO! – Relájate, esto puede ocurrir en todas las relaciones, ¡está bien! De hecho, ¡es tu oportunidad para ofrecer una resolución real a esta tensión y servir de catalizador para la liberación de tensiones y malas emociones! Explota tu papel de responsable (formador/a, entrenador/a, facilitador/a), provoca su concentración intensa y focalizada en el momento presente y “hazles” cooperar en alguna actividad que les acerque hacia una causa común: ¡ganar es lo más dulce, y ningún malentendido fortuito es capaz de eclipsarlo! Incluso si el conflicto familiar tiene raíces más profundas, es de larga duración y no es cosa del momento, interactuar en un entorno neutral y dedicarse a tareas entretenidas puede ser más que beneficioso. Permite a los miembros de la familia distanciarse de la cuestión problemática, conocerse a otro nivel, cooperar y reconocer las habilidades y capacidades de cada uno y cambiar gradualmente de mentalidad. Algo así como… ¡una terapia! 🙂 .

Todo esto es normal y esperable hasta cierto punto. Mientras preste atención y observe lo que ocurre en su equipo mixto, nada podrá impedirle alcanzar su objetivo de una actividad de SFF satisfactoria. Pero ¿y si algo que no es normal complica su trabajo?