Capítulo 2

La vida es un reto… ¡hagámosle frente!

Es totalmente humano, comprensible y aceptable que cualquier idea poco convencional o simplemente inusual conlleve retos, dificultades y obstáculos, no sólo literalmente, sino también metafóricamente hablando. Y el SFS no es una excepción, sobre todo porque se refiere a seres humanos. Los miedos, las dudas e incluso la ansiedad a veces pueden ser una razón negativa para abstenerse de este tipo de actividades, mientras que los aspectos prácticos no facilitan las cosas. Pero ¿quién dice que todo es insuperable? Echemos un vistazo.

¡Baja tu GUARDIA(nes)!

A veces, los guardianes son vistos como superhéroes y todos tenemos la tendencia a olvidar que tienen derecho a tener sus propios puntos débiles o inseguridades. Y el campo de deportes puede ser sin duda el mejor lugar para ayudar a que esas pequeñas debilidades salgan a la superficie. Así pues, cuando se invita a los tutores/as (familiares, amigos/as, cuidadores/as o cualquier otro tutor/a de un niño/a) a participar en alguna actividad conjunta con sus hijos/as, es muy probable que tengan que enfrentarse a ciertos obstáculos:

  • Falta de motivación: cuanto más envejecen los adultos, más parecen distanciarse de cualquier tipo de actividad física. A veces puede tratarse de una elección consciente, pero la mayoría de las veces se debe al ritmo de la vida cotidiana, la carga de trabajo y el enorme número de responsabilidades y tareas que se les pide que cumplan para sobrevivir y mantener a sus familias. Este alejamiento gradual del estilo de vida activo deja enseguida mucho espacio para nuevos hábitos de vida que parecen más bien cómodos después de un duro día de trabajo. ¿Le suena? Pues bien, el sedentarismo se convierte en el mejor amigo/a de los adultos y cualquier tipo de ejercicio, por no hablar de las verdaderas actividades deportivas, pasan a ser cosa del pasado.

El antídoto mágico: PROMOVER LOS BENEFICIOS: El remedio aquí es uno y fácil: ¡LA MEMORIA! Recuérdales la alegría y la felicidad, el aumento de la confianza en uno mismo y la sensación de satisfacción, los efectos positivos de formar parte de un equipo, de mantener el cuerpo sano y… ¿por qué no? ¡Algunos niveles de transformación física! Al fin y al cabo… ¿a quién no le gustaría sentirse más joven, lleno de energía y feliz al mismo tiempo?

  • Condición física: pongámonos de acuerdo en que de alguna manera hemos conseguido superar el obstáculo anterior y finalmente arrastramos al tutor de un niño a participar en alguna actividad deportiva o ejercicio. ¿Serían capaces de conseguirlo? Lógicamente, los buenos hábitos no son los únicos que nos abandonan en el momento en que los dejamos atrás, sino que también lo hacen la resistencia e -incluso- las habilidades deportivas básicas. Nuestro cuerpo se olvida de cómo estar en forma y se vuelve algo pesado, nuestros músculos se agarrotan y perdemos el aliento con bastante facilidad. Y, por supuesto, nadie se siente bien y seguro si esto es así. El miedo a las lesiones o a una rehabilitación larga y compleja parece prevalecer y crear razones adicionales para abstenerse de tales actividades.

El antídoto mágico: ASEGÚRESE DE HACER EJERCICIO CON SEGURIDAD: ¡Un momento! ¿Quién ha dicho que debamos convertirnos en estrellas olímpicas en un solo día? Seguir las instrucciones de entrenadores/as con la formación y la experiencia adecuadas, realizar un buen calentamiento y estiramientos después del ejercicio, y aumentar gradualmente el nivel de dificultad del ejercicio, garantizará que la vuelta al juego sea un proceso suave y seguro, mientras que el ejercicio regular y la perseverancia nos acercarán a nuestro antiguo yo bueno.

  • Miedo al fracaso: Sin duda, todo sería mucho más fácil si fuera sólo físico. Aunque nuestro cuerpo no es lo único que nos insta a detenernos o quedarnos en pausa. Es nuestra vocecita interior, ese pequeño demonio que baila en nuestra mente, gritando en nuestra cabeza que el fracaso es una opción. ¿Y si no lo conseguimos? ¿Y si no somos lo suficientemente buenos? ¿Y si otros son mejores que nosotros? ¿Y si estamos expuestos a los ojos de nuestros hijos/as? Pero sinceramente… ¿y si nuestro ego sale herido?

El antídoto mágico – DEBUNK SPORTS: Tómate un segundo para respirar y pensar… ¿se trata sólo de ganar? ¿Ser el mejor del grupo es un objetivo egoísta? ¿Y qué significa realmente “hacer deporte”? No, ¡no es caer en la arena y luchar por un premio! ¡Tampoco es la victoria, el primer puesto o el alto rendimiento! De todos modos, ¡hacer deporte no equivale a ganar! Es la alegría, es el entretenimiento, es hacer algo positivo para nosotros, convertirnos en mejores seres humanos, ¡disfrutar del equipo!

  • La ansiedad social: Aunque esta lucha interna no se limita a nosotros mismos. También tiene que ver con los demás. La indecisión puede tener muchas raíces y el miedo a exponernos siempre juega un papel clave en nuestras decisiones. Cómo nos ve la gente, cómo juzga nuestras decisiones, cómo critica nuestro rendimiento y nuestro comportamiento externo, a veces incluso puede definir quiénes somos, qué elegimos y cómo construimos nuestras vidas. En nuestro caso deportivo, el círculo más cercano de personas es el público más “preocupante”: otros miembros adultos del equipo, entrenadores/as y preparadores físicos, espectadores, incluso nuestros propios hijos/as: una representación muy realista de la sociedad y del entorno de la vida real. Y esta presión social puede erigirse ante nosotros como un muro inalcanzable que bloquea nuestro camino hacia la alegría y la salud.

El antídoto mágico – REFORZAR EL ESPÍRITU DE EQUIPO: ¡Para! ¡Gira la cabeza y cambia tu punto de enfoque! Sí, los miedos y las reservas siempre están ahí y debemos aceptarlos, ya que forman parte de nosotros mismos. Sin embargo, ¡nunca debemos ahogarnos en ellos! No olvidemos la palabra clave más importante del párrafo anterior: EQUIPO

Equipo: grupo de personas que realizan tareas interdependientes para trabajar en la consecución de una misión común o un objetivo específico. Equipo significa respeto, honestidad, cooperación, responsabilidad, apoyo mutuo, comprensión y franqueza; equipo significa estar juntos y disfrutar de una relación de confianza e inclusión, sentirse seguros y cómodos. Equipo es exactamente lo que nos han enseñado los Tres Mosqueteros: ¡todos para uno y uno para todos!

  • Obstáculos prácticos: Por supuesto, las inseguridades y los retos corporales no son siempre el único problema. Las cuestiones prácticas de la vida cotidiana, con su ritmo frenético y estresante, así como las luchas realistas de cada familia, parecen dificultar aún más nuestro regreso. Cualquier actividad que no esté relacionada con nuestro hogar o nuestra profesión puede considerarse una pérdida de tiempo. ¿Y quién puede permitirse el lujo de dedicar horas adicionales a nuestra ya de por sí ajetreada agenda diaria? Y aunque así fuera… ¿vivimos en una época en la que añadir costes adicionales a nuestro presupuesto familiar es asequible?

El antídoto mágico – SER PRÁCTICO: Sí, pueden ser dificultades reales. Pero no hasta el punto de no poder vencerlas. Llevar a nuestros hijos/as a practicar su actividad deportiva nos brinda una gran oportunidad para aprovechar también ese tiempo libre en la sala de espera y ¡utilizarlo para nosotros mismos! ¡Entrenar con ellos en lugar de tomar un simple café en la cafetería y aburrirnos! Apúntate a programas que ofrecen descuentos adicionales para actividades conjuntas de tutores/as e hijos/as: ¡este es el momento y la acción de invertir tu valioso tiempo y dinero!