Capítulo 5

(d) Cómo evitar la competitividad excesiva entre tutores/as-hijos/as o familiares

ESCENARIO: te das cuenta de que uno de los tutores/as es excesivamente competitivo no sólo con los demás adultos, sino también con su hijo/a. Esto hace que el resto del equipo y -por supuesto- el niño se sientan muy incómodos y frena su motivación para participar.
PLAN B: una vez más, establecer límites es la salida. Introduce en tu equipo el juego del “tiempo muerto”: cada vez que alguien se sienta incómodo con el comportamiento competitivo de algún compañero, puede levantar la mano pidiendo una “falta” y explicando en voz alta cómo se sintió y por qué. Después de que una persona acumule 3 faltas, se le envía a un “tiempo muerto” para que reconsidere sus acciones. Una vez finalizado el tiempo muerto, tienen que compartir con el grupo cómo se sintieron y cómo han procesado la situación durante su sanción.

(e) Cómo contrarrestar los conflictos

ESCENARIO: dos miembros de tu equipo (un adulto y un niño) han entrado en un fuerte conflicto sobre las reglas del juego/deporte. El adulto ha levantado la voz y habla rápido y sin parar y el niño no es capaz de reaccionar, por lo que empieza a llorar.
PLAN B: en primer lugar, hay que calmar a todo el mundo. Separe a unos de otros con el apoyo de otros miembros del equipo y deles unos minutos para que se relajen. Utiliza el material deportivo para ayudarles a liberar la tensión y a encontrar su temperamento (por ejemplo, si hay un balón, deja que tiren un par de veces, o si es atletismo, deja que corran alguna distancia corta). Vuelve a reunirlos y en lugar de entrar en la discusión del conflicto pídeles que digan 3 cosas positivas para la otra persona. Puede ser difícil al principio, pero los otros miembros del equipo pueden ayudar. Deja que se reconcilien e incluso emparéjalos en el siguiente ejercicio.

(f) Cómo reflexionar y evaluar

ESCENARIO: tu sesión de formación ha terminado y tu equipo/participantes parecen tener sentimientos encontrados sobre cómo ha ido. Sin embargo, es importante que escuches sus comentarios y puedas mejorar para la próxima vez que os reunáis.
PLAN B: ponlos en fila y pídeles que ejerciten individualmente algunos de los objetivos del deporte (por ejemplo, encestar el balón o saltar lo más lejos posible). Si la persona marca o lo hace bien (en el ejemplo anterior, si el balón entra o el salto es lo suficientemente largo), puede compartir un comentario positivo sobre la sesión de entrenamiento. Si falla, puede compartir uno negativo. Por supuesto, siempre tienen la opción de fallar a propósito, si prefieren compartir algo negativo y tienes que explicarles que eso está totalmente bien. Después de que todos hayan compartido sus comentarios, reúnanse de nuevo como equipo y exprésense mutuamente su agradecimiento, mientras usted, como líder, les asegura que todo está bien aunque sólo hayan compartido cosas negativas.